Es una respuesta del cuerpo que tras la ingesta de un determinado alimento activa el sistema inmunitario produciendo una reacción de mayor o menor intensidad. La sustancia que causa la alergia (alérgeno) suele ser una de las proteínas que forma parte de ciertos alimentos y desencadena una cascada de procesos en los que se liberan sustancias como por ejemplo la histamina. Es ésta la responsable de la aparición de los síntomas típicos de la alergia: picor, urticaria, rojez, moqueo, etc.
Afecta a casi un 7% de la población y es causa muy frecuente de consulta al pediatra, pues suele aparecer en los primeros años de vida. Se ha constatado que los bebés con antecedentes familiares tienen mayor probabilidad de llegar a padecerla.
Los síntomas son diferentes en función de la idiosincrasia personal y de los alimentos que la provocan. Podemos clasificarlos en tres bloques:
-Cutáneos: inflamación de labios, lengua, cara y garganta, erupciones, urticaria, enrojecimiento, eczema, etc.
-Digestivos: dolor abdominal, diarrea, vómitos, etc.
-Respiratorios: estornudos, moqueo, sibilancia, dificultad respiratoria, etc.