Afecta a casi un 7% de la población y es causa muy frecuente de consulta al pediatra, pues suele aparecer en los primeros años de vida. Se ha constatado que los bebés con antecedentes familiares tienen mayor probabilidad de llegar a padecerla.
Los síntomas son diferentes en función de la idiosincrasia personal y de los alimentos que la provocan. Podemos clasificarlos en tres bloques:
-Digestivos: dolor abdominal, diarrea, vómitos, etc.
-Respiratorios: estornudos, moqueo, sibilancia, dificultad respiratoria, etc.
Lo más importante es acudir a la consulta médica si se sospecha de la existencia de una alergia alimentaria o si aparece cualquier síntoma antes descrito. Es el único capaz de diagnosticarlo basándose en los datos de la anamnesis y en el resultado de una serie de pruebas que confirmarán o descartarán su existencia. Suelen realizarse una punción cutánea, una dieta de eliminación o un test sanguíneo.
Las más comunes:
-A las proteínas de la leche, de las que la caseína es la más importante. Suele remitir después de los 3 años. El nivel de sensibilidad varía según las personas y el tratamiento al que se somete el producto lácteo. Pueden darte alergia la leche de vaca y sus derivados, la de cabra, la de oveja, el chocolate con leche y la bollería industrial.
-A los frutos secos, la alergia la cacahuete se considera la más peligrosa ya que puede provocar un shock anafiláctico que debe ser tratado de manera urgente. Pueden provocarla no sólo los frutos secos, sino también los productos elaborados con ellos o que contienen "trazas" porque se han procesado en máquinas en las que se fabrican otros alimentos que los contienen.
-Al huevo, aunque hay proteínas en yema y clara, los alérgenos principales están en la clara (ovoalbúmina y ovomucoide), por lo que se puede ser alérgico a la clara y no a la yema. Aquí se incluyen también productos que lo llevan como la mayonesa, la bollería, los rebozados, entre otros.
-Al pescado, normalmente por sus proteínas, siendo el atún el que menos alergias provoca. Cuidado también con productos elaborados que lo contienen, marisco (hay muchos alérgicos a los langostinos), harina de pescado, etc.
El tratamiento lo va a decidir el médico. Suele centrarse en eliminar de la dieta el alimento que está causando el problema, siendo necesario sustituirlo por otro que aporte los nutrientes necesarios para lograr una dieta equilibrada. Puedes consultar cualquier duda que se te plantee con un especialista en nutrición.
Algunas opciones sencillas son:
-Sustituir los lácteos por otros de origen vegetal (soja o almendras) o preparados hidrolizados de caseína (muy útiles para los niños). Puedes encontrar preparados de soja con sabores, frutas, etc.
-Utilizar alimentos sin albúmina, mirando la etiqueta antes de comprarlos. No escojas cualquier producto de bollería; busca los que no contienen alérgenos (caseína, albúmina, frutos secos, etc.)
-Evitar los alimentos preparados a base de pescado de los que no conozcas el contenido exacto. Elige únicamente aquellos en los que viene claramente expresada en la etiqueta su composición nutricional.
Por Carmen Reija López (Licda. en Farmacia y Diplomada Óptica)