Nutrición

Alimentación sensata  
Como promedio, las muchachas crecen 25 centímetros (10 pulgadas) y engordan entre 18 y 22 kilos (de 40 a 50 libras) de peso entre las edades de 10 a 14 años, mientras que los muchachos crecen unos 30 centímetros (12 pulgadas) y engordan entre 22 y 27 kilos (de 50 a 60 libras) entre las edades de 12 a 16 años. Durante este período de rápido crecimiento, no es raro que los adolescentes se sientan bastante incómodos con su peso, y muchos intentan controlarlo. “Pero ponerse a dieta y privarse de alimentos no son soluciones sanas, y no es recomendable que lo hagan”, escribe la dietista Lynn Roblin en el periódico The Toronto Star. Tales medidas pueden privar al cuerpo de nutrientes, explica Roblin. Además, probar diferentes dietas “sienta las bases para desarrollar hábitos de alimentación pobres y pudiera conducir a trastornos alimentarios más serios”. Señala que los adolescentes deben tener una opinión más realista de su aspecto y lograr un peso saludable mediante “una alimentación sensata, una vida activa y la aceptación de sí mismos”.

Yodo en la sal
La falta de yodo en la dieta afecta al bienestar de por lo menos seiscientos millones de personas, según cálculos del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia. Se cree que la deficiencia de este elemento es la causa, por ejemplo, de que anualmente nazcan unos cien mil niños con cretinismo (retraso físico y mental debido al mal funcionamiento de la glándula tiroides) y de que otros cincuenta millones no se desarrollen física y mentalmente con normalidad. La insuficiencia de yodo también produce bocio, que consiste en un agrandamiento de la glándula tiroides. Pero la deficiencia de este elemento se puede prevenir de forma sencilla y barata usando sal yodada.

La importancia de comer despacio 
 Phoenix, (MPM) Febrero 9 --Parece que con cada día que pasa, el mundo occidental tiene más y más prisa. Aunque a nivel profundo no se sabe muy bien a dónde pretende llegar, siempre nos encontramos con algo que hacer y que por supuesto ¡hay que hacer cuanto antes! Prisas para llegar al trabajo, prisas para estudiar, prisas por encontrar pareja, prisas, prisas y más prisas.

Lamentablemente, ni siquiera nuestra alimentación se ha salvado de este ritmo tan veloz y misterioso. Así, ahora ya podemos comprar en las tiendas de alimentación comida precocinada e incluso ya cocinada para llegar a casa y comerla rápidamente. También los restaurantes de comida rápida o la conocida "fast food" terminan por tener un gran peso en nuestros hábitos de comida.

Sin embargo, este tipo de alimentación no es nada saludable. Y quizá ya no tanto por los preparados y sus ingredientes en sí, sino por la rapidez en que los ingerimos, de hecho deberíamos masticar unas 20 veces cada pedazo que nos llevamos a la boca. Sería bueno que le echaras un vistazo a estos puntos que te demuestran la importancia de comer despacio. Además, piensa que si comes más despacio, llegas a saciarte mucho más con la comida por lo que puede ayudarte también a cuidar tu silueta.


En la boca: nuestra saliva tiene una función antibacteriana en el sentido que al darle muchas vueltas a la comida en la boca, facilitamos que la segregación de ésta que elimina numerosas bacterias que pueden venir en la comida. Además nos ayuda a tragar mucho mejor.

En el intestino y el estómago: si masticamos muchas más veces la comida, nos permitiremos una digestión mucho más saludable y ligera. Además es necesario también comer poco a poco para ir despertando poco a poco y de una forma natural nuestros jugos gástricos que serán los que nos ayuden a asimilar las propiedades de los alimentos. Por otro lado también estaremos cuidando la salud de nuestro estómago que evitará así los tan dolorosos y molestos trastornos digestivos.

En el cuerpo: si se ingieren demasiado rápido los alimentos y sin masticar adecuadamente se le impedirá al cuerpo que absorba muchos de los nutrientes. Así que por ejemplo, si nos comemos una deliciosa ensalada llena de vitaminas y minerales sin apenas masticarla, de nada nos servirá.

La sal en la alimentación puede ser un factor de riesgo independiente de enfermedad cardiovascular
 
NUEVA YORK, Abril 16 (Reuters Health) - La alimentación con sodio puede amplificar el efecto de la presión arterial sobre el ventrículo izquierdo y el riñón, según los investigadores. Por lo tanto, la sal en la alimentación puede ser un factor de riesgo independiente de enfermedad cardiovascular. 
 
El Dr. Albert Mimran y sus colegas, del Hopital Lapeyronie, en Montpellier, Francia, probaron la hipótesis que la ingestión de sal amplifica el efecto de la presión arterial y causa daño al órgano blanco en una cohorte de pacientes normotensos y de pacientes con hipertensión esencial no complicada nunca tratada. 
 
Evaluaron la masa ventricular izquierda (LVM: left ventricular mass) y la excreción urinaria de albúmina (UAE: urinary albumin excretion) en 471 hombres y 368 mujeres con edades comprendidas entre los 15 y los 70 años. Un análisis de regresión múltiple mostró que la presión arterial sistólica, el índice de masa corporal (IMC), el sexo, la edad, la excreción de sodio urinario, predijeron de manera independiente el índice de LVM, según un reporte publicado en el número de marzo del American Journal of Hypertension. 
 
La presión arterial sistólica y la excreción de sodio urinario fueron los factores independientes más importantes de UAE. El equipo observó una asociación positiva entre índice de LVM y UAE (p < 0.0001) así como de relación albúmina/creatinina (p < 0.0001), lo cual fue independiente de la presión arterial sistólica, del IMC, del sexo, de la edad de la excreción de sodio urinario. 
 
Con los autores dividieron a los individuos en quintilas en base a la excreción urinaria de sodio, encontraron que la LVM y la UAE aumentaron de manera significativa entre la quintila más baja y la más alta tanto en hombres como en mujeres, "a pesar de tener valores similares de la presión arterial sistólica". "La pendiente de la línea de regresión que vincula la presión arterial sistólica al índice de LVM (en varones) y la excreción de albúmina urinaria (en toda la población) obtenida de cada quintila de excreción de sodio urinario, aumentaron de manera progresiva y linear entre la más baja y la más alta quintila", explicaron el Dr. Mimran y sus colegas. 
 
Globalmente, los investigadores concluyen que "el sodio en la dieta puede actuar como un modulador importante en dirección entre presión arterial y LVM y albuminuria en humanos".

Aceite de pescado puede proteger contra la diabetes

NUEVA ORLEANS (Reuters Health) - El ácido graso omega-3, que se halla en el aceite de pescado, parece mejorar la función insulínica en personas con sobrepeso que son vulnerables a la diabetes tipo II, según expertos.

Tres meses de suplementos diarios de ácido docosahexaenoico (ADH) produjo una mejoría "clínicamente significativa" en la sensibilidad a la insulina de participantes con sobrepeso, según Yvonne Denkins, investigadora de nutrición del Instituto de Investigación Biomédica Pennington de la Universidad Estatal de Louisiana, en Baton Rouge.

Más de nueve de cada 10 diabéticos padecen diabetes tipo II, en la que el cuerpo deja de responder gradualmente a la insulina y las concentraciones de glucosa aumentan peligrosamente.

Estudios previos de población indicaron que el aceite de pescado podría ayudar a proteger contra la diabetes.

"Han habido estudios epidemiológicos sobre los esquimales de Greenland, una población que se alimenta principalmente de grasa de ballena", señaló Denkin. "Esta gente tiene sobrepeso, debería padecer diabetes y cardiopatía, pero no presentan estos problemas. Los científicos los han estudiado pensando que probablemente algo que comen los protege y hallaron que era el omega-3".

Los investigadores usaron muestras de sangre tomadas al comienzo y final del estudio para evaluar la resistencia de cada persona a la insulina.
El 70 por ciento de los participantes en el estudio mostró mejoría en la función insulínica "y en el 50 por ciento fue un cambio clínicamente significativo", añadió.

Denkins recalcó que como la muestra de estudio era pequeña, los resultados son preliminares y que los diabéticos no deben sustituir sus medicamentos con suplementos dietéticos, incluido el aceite de pescado.

Las personas que estén considerando aumentar su consumo de aceite de pescado deben consultar a su médico antes de comenzar, especialmente si están recibiendo tratamiento cardiovascular. Esto se debe a que el ADH tiene un ligero efecto fluidificador.

Expertos en nutrición recomiendan actualmente un consumo diario de 0,6 gramos de ácido graso omega-3, preferentemente de pescado. Según Denkins, esto se puede obtener con dos porciones a la semana de pescado de mares fríos, como el arenque, la macarela y el salmón, entre otros.