viernes, 1 de julio de 2011

Cómo disminuir los riesgos de las cirugías estéticas

¿Hay riesgos en las cirugías estéticas?
Toda operación lleva implícito algún grado de riesgo e imprevistos, las cirugías estéticas no se escapan de los riesgos normales para cualquier operación, más aún hay cirugías estéticas muy prolongadas y difíciles que pueden llegar a tener riesgos significativos.
Antes de operarse debe tener muy claro cual es su riesgo específico para la operación que se va a efectuar.

¿Cómo disminuir esos riesgos?
Antes de operarse asegúrese de que se le haya aclarado sus riesgos personales para la cirugía que se le realizará, no existe una operación sin riesgos, pero estos son aceptables y menores que los beneficios previstos, en la mayoría de casos.


• Para disminuír los riesgos se debe realizar consulta completa previa a la operación con exámen médico que descarte enfermedades o condiciones que dificulten los buenos resultados, la consulta se complementará con exámenes de laboratorio y si es necesario interconsulta con otros médicos por ejemplo el internista para problemas de hipertensión o diabetes y otros.
• Un especialista en anestesia realizará valoración antes de la operación.
• La operación se debe efectuar en una sala de operaciones con los requisitos indispensables, esta sala debe estar dentro de una institución que pueda ofrecer apoyo en caso de emergencia como posibilidad de transfusión, transporte y cuidados especiales o intensivos en caso necesario.
• Una adecuada elección de su cirujano y sitio donde va a operarse pueden disminuír significativamente los riesgos.
• Seguir al pie de la letra las instrucciones de su cirujano y los cuidados después de cirugía será de extrema importancia.
• Tomar el tiempo necesario de recuperación según se le aconseje, después de la cirugía. Reingresar rápidamente al trabajo o hacer grandes viajes pueden dificultar la recuperación normal.

Una decisión responsable
En primer lugar, la persona debe estar emocionalmente estable y contenida, no depositar falsas expectativas en la operación (tales como recuperar una pareja, o tener más éxito laboral o en las relaciones interpersonales) y estar preparada para afrontar el cambio de imagen posterior a la operación.

El cirujano debe en la entrevista saber descubrir aspectos psicológicos ocultos por el paciente y que puedan tener influencia en la buena evolución de una cirugía estética. A una mujer que viene obligada por un marido que la quiere más joven no es conveniente llevarla al quirófano. Tampoco es conveniente encarar una cirugía estética en el caso de una mujer que solicita un lifting porque siente la necesidad de competir con la amante de su marido o piensa que así recuperará a su pareja, coinciden los expertos consultados.
Un paciente que se encuentra en un estado de depresión tampoco está en condiciones de ser operado, otra vez coinciden los profesionales. El cirujano no es un mago, sólo puede mejorar las formas físicas, no los problemas familiares o del alma.
También es importante tener el consenso favorable de la familia del paciente, para que lo acompañen adecuadamente; de lo contrario no compartirán la alegría de un buen resultado ni lo apoyarán en el caso de que surgiera algún inconveniente.